viernes, 3 de abril de 2009

JUSTICIA Y SINRAZÓN


















EL JUICIO MÁS LARGO DE LA HISTORIA

VIVAS, FORERO Y SIMONOVIS:
¡ CONDENADOS - PENA MÁXIMA
!



EL “JUICIO DEL SIGLO” O “JUICIO DEL MONO”

Hace 75 años un maestro fue juzgado por enseñar la teoría de la evolución de Darwin. Esto iba en contra de una ley que establecía que el hombre fue creado por Dios, como dice la Biblia. Fue en los Estados Unidos y despertó la atención del mundo.John Thomas Scopes, de 24 años, enseñaba biología en la secundaria de Dayton, un pueblito de Tennessee.
A principios de julio de 1925, mientras daba clase, dos policías entraron al aula y se pusieron contra la pared del fondo. Scopes, perturbado, despidió a sus alumnos y los policías lo invitaron a ir hasta la droguería del pueblo.

Poco después, el maestro Scopes estaba siendo juzgado por enseñar la teoría de la evolución de las especies. El cargo fue "enseñar una teoría que niega la historia de la Creación Divina del hombre tal y como la expone la Biblia, y enseñar, en cambio, que el hombre desciende de un bajo orden de los animales".

El acusador y testigo principal fue el fundamentalista William Jennings Bryan. A Clarence Darrow correspondió ser el abogado defensor de John Thomas Scopes.

Marcó el final del juicio el interrogatorio que Darrow dirigió al propio Bryan, en el curso del cual tuvo que aceptar que no se podía interpretar el relato bíblico de la creación en seis días como si se tratara de días de 24 horas sino como seis períodos indeterminados de tiempo. De esta manera, Darrow demostró ante la opinión pública el desvarío de una interpretación literal de la Biblia y la necesidad de enseñar en las escuelas las teorías científicas.

El juez condenó a Scopes a pagar la irrisoria suma de 100 dólares de multa. El juicio despretigió inmensamente a Bryan y al fundamentalismo del que era vocero inquebrantable. Bryan murió, súbitamente, poco después de este evento de proyección nacional. El triunfo de Scopes fue un triunfo del conocimiento: lo que inicialmente enseñaba a unos pocos alumnos fue enseñanza en todo el país, a la par del su enseñanza en el resto del mundo.



"Heredarás el viento"


















También conocida como "La herencia del viento", es una obra de teatro (Jerome Lawrence y Robert Edwin Lee) inspirada en el "Juicio del Mono", cuyo estreno tuvo lugar en Broadway ( enero de 1955). Stanley Kramer la llevó al cine en 1960. El conflicto protagonizado entre el abogado de la defensa (Spencer Tracy) y de la acusación (Fredric March) con Gene Kelly culminó con la nominación de esta cinta a cuatro Premios Oscar: mejor actor, mejor filmografía, mejor montaje y mejor guión adaptado. Además, en Berlin, 1960, fue seleccionada como mejor película para el público joven.

La obra toma su título del Libro de los proverbios 11:29 del la Biblia del Rey Jaime:

Aquel que cree disturbios en su casa heredará el viento:
y el tonto se convertirá en el sirviente del sabio de corazón


A pesar de las similitudes entre la obra y la historia, la obra llama la atención sobre el macartismo: uno de los períodos más tenebrosos de la historia de los Estados Unidos. Considerada entre las grandes obras del siglo XX su legado es alerta permanente frente a la intolerancia religiosa y las amenazas a la libertad de pensamiento.




ANTE LOS GOLPES SALVAJES DE LA AUTORIDAD

Maestro Fernando Gómez,
Premio Nacional de Teatro 1987

(Discurso con motivo de la entrega de la Primera Edición del Premio de la Fundación Fernando Gómez el día sábado, 28 de Junio de 2008, Día Nacional del Teatro.


Señoras y señores. Jóvenes todos.
Estamos celebrando hoy, el anual día nacional del teatro venezolano. Se me ha encomendado, muy deferentemente, aprovechar este sagrado momento, para hacer entrega de los dos premios que la Fundación Fernando Gómez ha concedido en esta, su ocasión inicial. El veredicto rendido por la junta directiva asignó dicho galardón en forma dual a las eminentes figuras de nuestro quehacer escénico, Kiddio España y Gonzalo J. Camacho. Los enormes méritos de ambos, serán dictados en la exposición de motivos que con la lectura del veredicto se darán a conocer.

Me cabe el privilegio, por mis años, de haber convivido desde 1940 las dos interesantes etapas de nuestra historia teatral hasta los días actuales, alcanzando la innegable conclusión que nos muestra la evidencia del progreso alcanzado, aunque ciertas carencias persisten [….. ]

[…]Con todo, siempre disfrutamos el goce que nos proporciona esa agradable concurrencia de seres que puestos de acuerdo, intervienen en la hermosa aventura de crear ese mundo que pulula dentro de un recinto al que potencialmente se le ha suprimido su cuarta pared. Ahora bien, Señoras y Señores. Jóvenes todos.

Los incontables incidentes políticos ocurridos durante estos últimos diez años de nuestra historia, de nuestras vidas, de nuestros destinos, deben y tienen que constituir un constante acicate para recordar y reconstruir, a cada instante, todas y cada una de las insensateces y baladronadas que este régimen nos ha endilgado. Desde el ya famoso "Por ahora", pasando por los "Mea Culpa" con manipulación de crucifijos, llegando al maligno y anarquizante decreto recientemente firmado, publicado en Gaceta Oficial y luego revocado por circunstancias super conocidas. Las teatrales rectificaciones falsas; el asalto voraz, desmedido y hamponil a los dineros del pueblo; el desprecio por la salud y seguridad pública, abandonado el pueblo a su propio dolor y temor; la rebatiña con el tesoro nacional a los múltiples escogidos postores, entre otras tantas, de igual o peor calaña, son las que debemos mantener siempre en la memoria, sin olvidarlas jamás.

Al mismo tiempo, en lo que respecta al movimiento encausado en los que manejan la oposición: es imperativo abandonar las ambigüedades, las ligerezas, el personalismo, el egoísmo, el triunfalismo a ultranza y demás nimiedades. Hay que eliminar ese pasivo estado contemplativo expectante que constituye un suicidio colectivo. Ha llegado el momento de llamar las cosas por sus propios nombres y apellidos. Esa apolillada exhuberancia de escrúpulos, agarrota. Los considerandos melindrosos tipo "No es el momento adecuado", "No es el propósito de esta reunión", "Se debe emplear el lenguaje analítico necesario", paralizan y, en cierta medida, le traducen al gobierno que la táctica impositiva del miedo y el terror, mediante la amenaza de las bayonetas, ha surtido buen efecto.

Por eso, y por otras consideraciones, sin mancillar los nobles moldes de la decencia, voy a tratar, en la medida de mis posibilidades, de evidenciar lo que está ocurriendo en contra de nuestra cultura, en contra de nuestro teatro, contra todas las artes, contra todos los hombres y mujeres que gestan y luchan en ellos, contra nuestra Venezuela, en fin, víctimas todos de los constantes golpes salvajes de autoridad.

Bien sabemos que históricamente el proceso cultural en nuestro país nunca ha sido estructurado y conducido en forma sistemática y especialmente concebido por parte de todos los gobiernos. Esta es una innegable realidad. Pero también es una innegable realidad, el que nunca, jamás, ningún gobierno del pasado, ha esgrimido esa amenazante y criminal espada de Damocles, tan retrógada, como la que actualmente se esgrime en contra de la cultura.

Por eso, considero mi deber como hombre de teatro, como ser pensante y ejecutante, respaldado y autorizado por mis 92 años, el exigir y reiterar, especialmente a los jóvenes, y a toda Venezuela, el no cejar ni ceder ni conceder ningún atisbo de credibilidad a este ente político, que cuando ensaya cualquiera de sus rectificaciones a sus múltiples e incontables crasos errores, sólo lo hace en persecución de ganar el tiempo que necesita para continuar maniobrando en sus siniestros propósitos, conduciéndonos al abismo con su canto de sirenas.

Este homenaje que hoy estamos rindiendo a nuestro amado teatro en su día nacional, es una respuesta concreta con lo que sentimos, ya que estamos totalmente convencidos, con el respaldo de todos los que me oyen, que el teatro constituye el centro de convergencia de todas las demás manifestaciones artísticas de la cultura: la literatura, con sus geniales cultores de la infinita dramaturgia; las artes plásticas, con sus notables realizadores escenográficos y vestuaristas; la música, con su total e imprescindible apoyo; el ballet, la danza, la ópera, todos obvios en su mención, tienen y tendrán, por siempre, sede propia, en el proscenio de un teatro.

Por consiguiente, todos los riesgos que cualquiera de esas inclinaciones culturales sufra, ha de sufrirlas el teatro, al que, en su día, debemos ofrendarle su defensa y protección, en todo momento, contra cualquier agresión o ataque, porque, debo repetirlo, cuando la cultura de los pueblos es mancillada o maltratada, consecuencialmente el teatro es la primera víctima. Harto sabido es que la cultura es el alimento espiritual de los pueblos. Entonces, nada más adecuado es que ese alimento sea suprimido por este movimiento político hambreador.

Una buena nueva nos enteró hace pocos días de la remoción de su cargo al ministro de cultura. Buena por el hecho en sí, pero desasistida de mayor optimismo por nuestra opinión. Inicialmente habíamos planificado exigir al nuevo titular adecuarse a las aspiraciones que mantenemos los que soñamos con la aplicación de prácticas democráticas en su despliegue ministerial. Pero el gozo se nos fue al pozo. Las declaraciones rendidas en sus oportunidad, como lo transcribe el diario "El Nacional", de fecha 20 de Junio del presente año, son totalmente decepcionantes. La jerigonza repetitiva del decálogo revolucionario socialista no se hizo esperar. Entre otras la siguiente: "El rumbo socialista supone que el pueblo tome el poder y que haga un trabajo donde el colectivismo se imponga sobre el individualismo".

Caracas, Venezuela
Sábado 28 de Junio, 2008.

MAESTRO FERNANDO GÓMEZ. Médico radiólogo, amante de la ópera y, por encima de todo, actor. Debido a su avasallante personalidad escénica, se le estima como uno de los intérpretes del teatro de mayor pureza y representatividad en Venezuela. A los noventa y dos años, con la reciedumbre de un faro, sigue brindando su lucidez a las nuevas generaciones. Fue actor de televisión en la década de los cincuenta y, en vivo, protagonizó el primero de los dramáticos que fuera transmitido por televisión a través de lo que, entonces, se conoció como la Televisora Nacional; luego, Canal 5. El cine se engalanó con su presencia. Participó en “Ifigenia”, “Aventurera” y “Antes de morir”, cuando ya antes, en los años cuarenta, había protagonizado “Dos hombres en la tormenta”. Las décadas de los sesenta y setenta se lucieron con su plenitud actoral y grandes actuaciones posteriores fueron marcando el camino de su “otoño dorado”; su actuación en “Reverón” le mereció todos los premios. Según Stanislavski, un actor debe pasar por todas las modalidades y Fernando Gómez las ha conocido todas. Ha sido “galán” gracias a su garbo, voz y fuerza escénicaa; ha sido hombre recio y actor característico. El estudio arduo y meticuloso del texto ha sido base de su disciplina. Un actor de talla monstruosa, también extraña flor, una Rara Avix. Es Fernando Gómez.

Véase: www.vayaalteatro.com : Don Fernando Gómez visto por Luigi Sciamanna"

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