Por: Carlos J. Soucre
TalCual 09-08-10
Yo noto que los sabuesos cuando se ponen serios adquieren aires de jueces llenos de sabidurías, y que los bueyes muy quietos al rumiar meditan sobre problemas metafísicos;
se dice que la manta religiosa cuando está a la caza de su presa se muestra como si estuviese rezando; el tigre es un animal inteligente y calculador, y al hombre que posee estos atributos se le dice: ese tipo es un tigre, así como el zorro que viene a ser el trasunto de aquellas personas astutas y solapadas; el gamo se traduce en aquellos que brincan con singular destreza, el camaleón, ya se sabe que está en él el oportunista y el perro en el adulante, aunque también en aquel que en vez de hablar con decencia lo que hace es ladrar.
El piojo o la ladilla es el tipo fastidioso y la pereza, a la que ya no vemos en los árboles de la Plaza Bolívar, donde habita ahora es en las oficinas del gobierno.
Rubén Darío en un poema algo filosófico nos dice que la araña es el símbolo del rencor, y que los moluscos "tienen reminiscencias de mujeres", y para Baudelaire, "bajo los techos donde habitan, los mochuelos están en filas como deidades que meditan".
Según Jesús la serpiente es la prudencia. Al topo la luz le hace doler la cabeza; es para mí el símbolo del hombre que teme pensar. Hemos leído el libro del gran poeta Henri Michaux titulado Un bárbaro en Asia en la traducción de Jorge Luis Borges, y ese autor habla allí de las vacas y de los elefantes y los llama "animales sin impulsos, parecidos a Notarios" y también nos habla de las palomas en las que nuestra ingenua literatura romántica creía ver la timidez o la candidez; "tímidas palomas" dice Pérez Bonalde en su poema "Vuelta a la Patria"; pero he aquí que el palomo es de un simbolismo tremendamente sexual, y así el autor que cito dice: "Es un obsesionado sexual, tiene un estertor espeso que turbaría a un ermitaño; ¿Quién ha podido llamar a eso un arrullo?"
Veremos en una segunda entrega lo que dicen otros poetas de los animales. Empezaremos con William Blake y Jorge Luis Borges.
NOTAS.
1.- El hombre es un animal político según la ya gastada frase de Aristóteles. Pienso que los demás animales no querrían ser políticos, y si lo fuesen no les agradaría ser hombre.
2.- Este régimen nos pone de un humor de perros; el hombre más pacífico se vuelve maldiciente. Y esta vida que se nos brinda tiene tan mal sabor que con gusto se la escupiría.
3.- Profanar los restos de Bolívar, anunciar una "inminente invasión", ponernos a comer piedras y prohibir que al Arzobispo Urosa Sabino se le diga Cardenal.
Es que ya está en la última expresión de la demencia. Ya debería estar sometido a un juicio de interdicción civil por insania mental.
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