Por: Ximena Agudo
Entre las más impactantes innovaciones de esta revolución cuenta la de haber podido conjugar el mundo natural con el mundo de la cultura. Su primer gesto fue aquél en que la rana y el perro, batracio uno y mamífero inferior el otro, se encumbraron como símbolos del Ministerio Popular para la Cultura. Correspondió a Farruco Sesto, quien ya había sido, como arquitecto, miembro de la Comisión Presidencial para la Alfabetización (Misión Robinson), imponer el criterio y uniformar todo el espectro cultural bajo ese mismo sello.
Si el lenguaje es fundamento de la cultura, la cacatúa pudo haber sido una mejor opción en aquella oportunidad. Vistosa es, con seguridad, por esa especie de moño de grandes plumas que le corona, aunque sea de cola corta. Si bien es un ave trepadora de pico grueso, corto, ancho y dentado en los bordes, del orden de las psitaciformes, goza de una ventaja sobre sus pares avícolas y no avícolas; hasta podría decirse que la comparte con algunos de los miembros de la familia de los homínidos: puede hablar fácilmente porque es un animal que responde favorablemente a la domesticación.
La decisión de Farruco Sesto fue un desatino por donde se la mire, pero visionaria en su momento para los intereses del proyecto totalitario ya entonces iniciado. Lo que no era posible imaginar es que sería su sucesor quien le daría plenitud de sentido a aquel gesto por tantas voces cuestionado. Veterinario de profesión, parece ser el eslabón que faltaba para que el flujo de esa concepción zoo-natural de la cultura alcanzara su más diáfana misión y visión.
Tal circunstancia da pie para que algunos de los más pintorescos proyectos de esta revolución, al fin, puedan encontrar su diferido destino y esplendor. El de los gallineros verticales es uno de ellos. Nunca fue un proyecto económico: las importaciones, por razones no de escasez sino de corrupción, responden a una política explícita, depurada y en vías de profundización. Todo hace pensar que los gallineros verticales siempre fueron un proyecto cultural a la espera de quien, por méritos y experiencia, pudiera desarrollarlos en toda su potencialidad.
No nos extrañe, pues, que el MinPop-Cultura muy pronto amplíe su infraestructura, y a la par de las plataformas de cine (sólo socialista), de patrimonio (sin estatuas de Colón), de libros (los destruidos y los anticapitalistas), de música (que no sea judía), de la imagen (pero sin “Bodies” u otras)…lance la plataforma aviar de la cultura nacional.
Estamos a la espera de tal evento; pero mientras no ocurra, a sus pollitos con Moquillo (decaimiento; plumaje erizado y poco desarrollado; diarrea, etc.) no les de antibióticos. Tan sólo pinche la siguiente dirección, y ya:
www.MinPop-Cacatua-Cult/gallinerosverticales/ven-cub/dictaduras.com
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