POLÍTICA Y LOCURA
Por: Ángel Lombardi
TalCual/ Aquí Opinan
Jueves 02 de Abril de 2009
angel.lombardi@hotmail.com
Entre las muchas patologías que genera el poder, una de las más peligrosas y de funestas consecuencias es la idolatría del amo del poder. Reminiscencia de tiempos arcaicos y primitivos, cuando los reyes y emperadores eran considerados y tratados como dioses. En nuestra época este culto al "jefe" resulta absolutamente irracional y alienante, de allí que los alemanes pagaron bien caro su juramento de lealtad al Führer y muchos españoles se rebajaron a sí mismos con aquello de considerar a Franco como caudillo por la voluntad de Dios.
En Venezuela, con una larga historia de dictadores y aplaudicantes, simbolizados magistralmente por Rómulo Gallegos en su personaje Musiquita, creíamos en pleno siglo XXI que esto era historia superada, pero algunos hechos y declaraciones de los últimos años confirman que el pasado a veces tarda en morir y que la ignorancia o el envilecimiento humano no tiene límites.
En El nuevo país del domingo 22 de febrero de este mismo año, en una columna firmada por una señora activa y ruidosa partidaria del caudillo, se lee textualmente: "Ahora nos preparamos para que el segundo Libertador de la patria, el Mesías prometido de esta tierra; mi comandante en jefe Hugo Chávez, sea reelecto..." En TalCual, del 5 de mayo de este mismo año, una columna suscrita por una reconocida periodista da noticia de otro alucinante juramento; dirigido por un sacerdote y coreado por los presentes: "Juro por el Dios de mis padres, que no daré descanso a mi alma, ni a mi brazo, ni a mi mente, hasta que no profundice el socialismo que necesitamos y que a acompañemos en la lealtad, antes muertos que traidores, a este Comandante en jefe que Dios nos ha puesto para conducirnos al socialismo que necesitamos".
Utilizar términos como mesías y Dios para referirse a seres humanos, demasiados humanos como diría Nietzsche, o es una broma o verdadera locura y la historia enseña que cuando la locura se apodera de una sociedad todos pagamos las consecuencias en sacrificio y dolor. Alemania y el mundo sacrificaron 50 millones de víctimas en la II Guerra Mundial, además de los infinitos sufrimientos infligidos por el nazismo.
España tuvo que soportar una guerra civil y una larga dictadura. ¿Estamos conscientes los venezolanos de lo que significa esta locura de confundir a un hombre con un mesías, con un Dios o con un monarca absoluto?
FRAGMENTOS DE “EL ANTIFASCISMO EN LA NARRATIVA NEORREALISTA DE ITALIA Y ESPAÑA” (*)
Por: Ángel Lombardi
TalCual/ Aquí Opinan
Jueves 02 de Abril de 2009
angel.lombardi@hotmail.com
Entre las muchas patologías que genera el poder, una de las más peligrosas y de funestas consecuencias es la idolatría del amo del poder. Reminiscencia de tiempos arcaicos y primitivos, cuando los reyes y emperadores eran considerados y tratados como dioses. En nuestra época este culto al "jefe" resulta absolutamente irracional y alienante, de allí que los alemanes pagaron bien caro su juramento de lealtad al Führer y muchos españoles se rebajaron a sí mismos con aquello de considerar a Franco como caudillo por la voluntad de Dios.
En Venezuela, con una larga historia de dictadores y aplaudicantes, simbolizados magistralmente por Rómulo Gallegos en su personaje Musiquita, creíamos en pleno siglo XXI que esto era historia superada, pero algunos hechos y declaraciones de los últimos años confirman que el pasado a veces tarda en morir y que la ignorancia o el envilecimiento humano no tiene límites.
En El nuevo país del domingo 22 de febrero de este mismo año, en una columna firmada por una señora activa y ruidosa partidaria del caudillo, se lee textualmente: "Ahora nos preparamos para que el segundo Libertador de la patria, el Mesías prometido de esta tierra; mi comandante en jefe Hugo Chávez, sea reelecto..." En TalCual, del 5 de mayo de este mismo año, una columna suscrita por una reconocida periodista da noticia de otro alucinante juramento; dirigido por un sacerdote y coreado por los presentes: "Juro por el Dios de mis padres, que no daré descanso a mi alma, ni a mi brazo, ni a mi mente, hasta que no profundice el socialismo que necesitamos y que a acompañemos en la lealtad, antes muertos que traidores, a este Comandante en jefe que Dios nos ha puesto para conducirnos al socialismo que necesitamos".
Utilizar términos como mesías y Dios para referirse a seres humanos, demasiados humanos como diría Nietzsche, o es una broma o verdadera locura y la historia enseña que cuando la locura se apodera de una sociedad todos pagamos las consecuencias en sacrificio y dolor. Alemania y el mundo sacrificaron 50 millones de víctimas en la II Guerra Mundial, además de los infinitos sufrimientos infligidos por el nazismo.
España tuvo que soportar una guerra civil y una larga dictadura. ¿Estamos conscientes los venezolanos de lo que significa esta locura de confundir a un hombre con un mesías, con un Dios o con un monarca absoluto?
FRAGMENTOS DE “EL ANTIFASCISMO EN LA NARRATIVA NEORREALISTA DE ITALIA Y ESPAÑA” (*)
Por: Aurora Ornella GrimaldiUniversidad de Salamanca
Mayo de 2007
aurorgri@tin.it
Mayo de 2007
aurorgri@tin.it
El fascismo italiano, como el español, construyó y divulgó una política totalitaria de la información, sirviéndose de cada medio a su alcance. Sin embargo movimientos culturales como el del neorrealismo italiano o del realismo social español intentaron desvelar las verdaderas condiciones de las masas populares, revisando y rescatando los valores morales y cívicos que la política fascista y su aventura internacional habían adulterado.
EL CONTEXTO HISTÓRICO
En el octubre de 1922, después de cuatro años de inestable “post-guerra”, en Italia se efectuó la que fue llamada, épicamente, «marcia su Roma» y el fascismo se apoderó del gobierno de la nación. Mucha de la cultura liberal italiana que por miedo del socialismo había mirado con simpatía al régimen mussoliniano se alejó de él en cuanto vio ese gobierno transformarse en dictadura. Hacia los adversarios políticos, el fascismo fue despiadado, …. conocieron las cárceles fascistas, y los más peligrosos, o los que así juzgaba el régimen, como Giovanni Amendola, Antonio Gramsci, Pietro Gobetti […] pagaron con la vida su oposición.
[El CLIMA CULTURAL DEL FASCISMO EN ITALIA Y ESPAÑA]
El fascismo italiano, como el español, fue capaz de propagar y construir una política totalitaria de la información, a través de un uso constante de cada medio en su poder: prensa (toda ella sumisa a las directivas del régimen), radio (con la fundación de la EIAR: Ente Italiano Audizioni Radiofoniche), cine (con la Scuola Nazionale di Cinematografia, los estudios de Cinecittá, la Direzione Generale per la Cinematografia, el Istituto Luce, etc.). Con el mismo espíritu el fascismo intervino hasta sobre el idioma, luchando contra el uso de los dialectos, prohibiendo los “exotismos” en la prensa [….]
En este clima cultural la elaboración de ‘ideas’ pertenecía al «duce», jefe carismático, encarnación del partido y de la Patria. Los intelectuales habrían tenido que ser intermediarios entre el régimen y la población, productores del consentimiento, mediadores de los muchos mitos a través de los cuales el fascismo intentaba manipular el pueblo: vuelta al glorioso pasado de la Roma Imperial, patriotismo, exaltación populista […]
[LA POLÉMICA CULTURAL: FASCISMO Y NEORREALISMO]
[En Italia] Entre 1943 y 1947, se suceden en Italia una serie de cambios de enorme importancia: desde el nacimiento de la «resistencia» --acción fundamental en la lucha contra el fascismo--, a la ocupación alemana -, la caída del régimen fascista […] Efecto inmediato de estos acontecimientos y de la libertad finalmente reconquistada fue el deseo de reconocer la verdad sobre la situación de las masas populares y de descubrir las condiciones reales del país, verdades que la retórica oficial del régimen fascista había minuciosamente ocultado
. El clima de cambios políticos–sociales, de polémica cultural, creó el ambiente en que pudo germinar el movimiento artístico-literario del «neorrealismo» (1945-1955). En Italia este movimiento, aunque constituido por artistas heterogéneos, se inspiró en un primer momento en el “verismo”, para luego distinguirse netamente de él. Según los neorrealistas el verismo estaba imbuido de un fatalismo irremediable, y había centrado muy poca atención sobre el pueblo: el neorrealismo, al contrario, partía de la constatación de que el pueblo campesino, y aún más, el proletariado de las grandes ciudades había tomado conciencia de su situación y quería ser protagonista de su propia redención social.
En 1945 con Roma città aperta se inicia el cine de posguerra, un cine diferente en que influyeron el protagonismo de las clases populares y la conciencia sobre la necesidad de un cambio que la guerra y la resistencia habían determinado. Por ello entre los primeros temas del cine encontramos justo los de la guerra y de la resistencia: Giorni di gloria, Due lettere anonime de 1945, Un giorno nella vita, Vivere in pace y Paisà de Rossellini (1946). Esta tendencia se da también en la novela. Uomini e No de Vittorini fue modelo a seguir para escritores como Berto, Cassola, o Calvino. Nacieron, entonces, obras de carácter memorialista y documental cuyos autores, de ambas orientaciones políticas, pretendían hablar de cierto planteamiento moral de defensa de la vida y de la persona más allá de una ideología determinada.
[En España]
En la España de la primera mitad del siglo XX encontramos un contexto histórico-político no muy diferente […] La victoria de los Nacionales y el consiguiente gobierno de Franco (1939-1975) trajeron consigo un nuevo orden en la cultura y en la educación española, que pondría todo su énfasis en el nacionalismo y en la religión, dentro de un marco de autoritarismo cultural y tradicionalismo. [La censura como política cultural]. La política cultural del régimen de Franco fue de hecho una política ‘destructiva’, de control a través de la censura (que se aplicó a prensa, libros, radio, cine y teatro), así como una política ‘constructiva’ de elaboración de una cultura propia y original. Por lo que se refiere a los medios de comunicación el Estado dispuso de unos cuarenta diarios, la “prensa del Movimiento”, que incluía periódicos como «Arriba», «Pueblo», «Marca»; dispuso también de dos agencias oficiales de noticias (EFE, nacida en 1939, y PYRESA), de dos cadenas de radio (Radio Nacional y la Cadena del Movimiento) e incluso de una editorial propia (Editorial Nacional). Sin embargo, la prensa iba a funcionar sobre la base de la censura previa y de consignas oficiales, mientras los cines fueron obligados a proyectar antes de cada sesión ordinaria, un noticiario oficial y propagandístico, el NO-DO (Noticiarios y Documentales Cinematográficos, creado en 1942). La prensa produjo también poesía (Poemas de la bestia y el ángel, 1938, de Pemán, con poemas de Manuel Machado, Gerardo Diego, Rosales y otros) y numerosas novelas que eran testimonios de experiencias personales (Madrigrado de Francisco Camba, Retroguardia de Concha Espina, Cristo en los infiernos de Ricardo León, etc.), literatura propagandística, glorificación heroica de los vencedores.
[…] el cine, aún sometido a una rígida y múltiple censura y obligado al doblaje de las cintas, fue el entretenimiento colectivo más popular. La producción nacional promovió en un primer momento un cine épico-cultural (Raza, 1941, de Sáenz de Heredia, Harka, 1941, de Carlos de Arévalo) o histórico-imperial (Agustina de Aragón, 1950, Alba de América, sobre Colón, 1951). Pero pronto tuvo que buscar otros géneros que pudieran enlazar mejor con un público reticente ante la grandilocuencia de aquella cinematografía de propaganda [ …] Se cultivó así el folclore andaluz, los temas taurinos, el cine religioso (con el gran éxito de Marcelino, pan y vino, 1954, de Vojda), el disparate cómico y el folletín romántico. La literatura de quiosco especializada en géneros infra-literarios (novela rosa y del Oeste, autores como Corín Tellado, José Mallorquí) y los seriales radiofónicos, esto es, novelas radiadas en capítulos, adaptaciones de obras literarias conocidas, fueron la literatura consumida por las clases sociales modestas hasta la década de 1960.
[La cultura popular como enmascaramiento del fracaso]
Entretenimientos “nacionales” como el fútbol y las corridas fueron, junto con literatura, cine, radio, los que nacionalizaron los gustos, la sensibilidad y las aficiones populares; forjaron, paralelamente, un «silencio artificial», según la expresión de la novelista Carmen Martín Gaite, sobre los problemas reales de la sociedad. La vigencia de la cultura popular permitiría al régimen de Franco enmascarar de alguna forma el fracaso de su propia cultura oficial, algo que empezaría a evidenciarse a partir de 1945 y que se había consumido a mitad de la década de 1960.
[Ámbito universitario y agitación estudiantil]
Una de las instituciones que se resintió de la política cultural franquista fue la Universidad. La agitación de los universitarios contra el régimen rebrotó desde 1962-63. El problema de la educación respondía a una profunda problemática: a la deslegitimación cultural e ideológica experimentada por el régimen fascista. Más todavía, desde finales de la década de 1950, la cultura de la oposición desempeñaría, al menos en el ámbito universitario, un papel de concienciación de la sociedad y, como tal, cualquiera que fuese su calidad, contribuyó substancialmente a erosionar los fundamentos ideológicos del franquismo y a crear las ideas y valores sobre los que se fundamentaría la futura democracia del país. A ello contribuyó, de forma importante, la aparición a partir de 1955 de la que se llamó «generación realista de la post-guerra» (la generación de los cincuenta), un grupo de escritores del denominado «realismo social» en razón de su concepción de la literatura como instrumento de polémica social y política [….] estilísticamente se buscó una objetividad casi fotográfica, la narración dialogada y sin artificios, los lenguajes cotidianos…
Para lograr esa objetividad fue, pues, necesaria tanto en la sociedad española, como en la italiana, una ‘nueva lengua’ que se adaptara más a los nuevos contenidos. Buscando un cambio en las formas de expresión, los autores utilizaron una lengua no literaria, que acogiera términos técnicos, dialectos, jerga, lenguajes sectoriales [….] el terreno en que la nueva semilla lingüística pudo desarrollarse fue principalmente el de la novela. Pavese, Fenoglio, Brancati, Bernari, Calvino, Levi, Rigoni Stern, Vittorini, Berto, Cassola, Bigiaretti, Bartolini, Viganò contribuyeron con sus obras a difundir la influencia y la importancia del neorrealismo.... [Contribuyeron] a la denuncia de una sociedad en la que hacía falta una rápida reconstrucción del país y un rescate social de las masas desheredadas.
(*) Véase versión original y en extenso en www.eumed.net/eve/resumen/o7-mayo/aog.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario