domingo, 25 de julio de 2010

LOS DERECHOS POST MORTEM DE LA PERSONA
Y LA EXHUMACION DE LOS RESTOS DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLIVAR.


Por: José Félix Oletta López
Fuente: libre circulación via internet


 La dignidad intrínseca de la persona es el fundamento de los derechos humanos. Reconocemos que éstos son los mismos para todos y cada uno de los ciudadanos, por nuestra igualdad ontológica; derechos que son inmutables y perennes y que deben reconocerse, garantizarse y promoverse a todas las personas en vida y posterior a su fallecimiento, porque siguen siendo sujeto de derechos. Es posible entonces argumentar que hay deberes de la sociedad y del Estado con todas las personas fallecidas.




¿Cómo se cumplieron por parte del Estado, los deberes correspondientes a los derechos post mortem del Libertador Simón Bolívar?

¿Las imágenes de la osamenta y de los restos del Libertador exhibidas públicamente por las cámaras de video de Telesur cumplieron con las normas de decoro y respeto a su honorabilidad y su honra?

¿Los datos y resultados de las investigaciones a las cuales están siendo sometidos sus restos mortales contarán con las garantías para preservar la confidencialidad de los resultados y la reserva de información que no corresponda ser del dominio público?



PREMISAS

Las personas conservan derechos después de la muerte. Así lo reconoce la sociedad y el derecho positivo. El ejemplo más claro es el cumplimiento de la voluntad del destino de las propiedades, es decir heredar.

La propiedad debe entenderse  ...como aquello que le es propio a la persona, como son sus bienes materiales (incluido su cuerpo), sus bienes intelectuales (sus ideas, inventos y creaciones), sus bienes morales (personalidad, obra, el reconocimiento a su trabajo y la pertenencia a una colectividad).

Desde una línea de pensamiento humanista podemos reconocer la voluntad manifiesta de una persona después de la muerte,  reconocer que el cadáver y la honra son elementos de la persona que permanecen post mortem, sobre los cuales mantiene derechos perdurables: el cadáver por ser los restos inanimados de su cuerpo y la honra por ser el respeto que merece su dignidad perenne.


LOS DERECHOS POST MORTEM DE LA PERSONA

- El cumplimiento de la voluntad del destino de las propiedades.
- El tratamiento decoroso del cadáver y los restos.
- El respeto a la honra.
- El reconocimiento a la personalidad jurídica.

SOBRE LOS DEBERES

A los deudos corresponde cumplir con la voluntad no testamentada y promover ante la autoridad pública las faltas al tratamiento decoroso del cadáver y los restos o a la honra.

El Estado es responsable de establecer y mantener las instituciones necesarias para garantizar la permanencia de la personalidad jurídica y facilitar el cumplimiento de la voluntad del difunto, el tratamiento decoroso del cadáver y restos y el respeto a su honra durante la inhumación, la exhumación o la re inhumación.

También será responsable de actuar subsidiariamente en los casos en que los difuntos no tengan deudos.

Por su parte, la sociedad debe construir una cultura que promueva la conciencia, el respeto y la garantía de estos derechos y la solidaridad con los deudos.


RESPETO A LA HONORABILIDAD

El respeto de la honorabilidad de la persona fallecida obliga al Estado a asegurar que las imágenes de los difuntos no se exhiban en forma presencial o públicamente por medios de comunicación, de manera denigrante o que ofenda, con fotografías, videos o detalles del cadáver o sus partes, que motivan el repudio y la repugnancia pública. Las imágenes solo podrán ser usadas discrecionalmente para coadyuvar a las indagaciones o descargo de pruebas forenses en caso de la comisión de un delito. Los derechos a la libertad de expresión no estarán por encima del derecho al respeto a la honra.

DERECHO DE CONFIDENCIALIDAD Y DECORO

Al derecho a la personalidad jurídica corresponde: la entrega de un certificado de defunción, cuyas causas permanecerán confidenciales al igual que los datos de la historia clínica a menos que exista la voluntad expresa de la persona a divulgarlos. Los datos necesarios para la identificación de la tumba y el lugar de inhumación. Un entierro individual honorable y un trato decoroso al cadáver.

Las exhumaciones y re inhumaciones de cadáveres y restos humanos deberán ser ordenadas o requeridas mediante órdenes judiciales, que las justifiquen. El respeto a la tumba y su mantenimiento decoroso. El registro de traslados ulteriores.

DERECHOS MORALES E INTELECTUALES POST MORTEM
Además, el derecho de propiedad intelectual post mortem está reconocido en el marco de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMP), a favor de los derechos morales de los autores y compositores y en la Convención de Berna para la protección de Obras Literarias y Artísticas, como por las constituciones y leyes nacionales.


Si de algo estamos seguros es que los resultados de todas estas investigaciones, -cuya justificación y decisión no fue sometida a la consulta de los venezolanos-, no podrán modificar la herencia que nos legó el Padre Libertador, como hijos de una nación soberana, amantes de la libertad, la paz y la convivencia.

Honremos su memoria y respetemos su voluntad expresada en su última proclama: Si mi muerte contribuye a que se cesen los partidos, y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro.”



La muerte del Libertador / E. Yepez D.Z.




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MITOS Y MANIAS (3) TEOLOGIA BOLIVARIANA


TEOLOGIA BOLIVARIANA

Por: Juan Miguel Matheus
El Universal 21-07-10 


Actualmente nos encontramos en el punto más alto del culto a la personalidad de Simón Bolívar. Fue Guzmán Blanco quien fomentó la sublimación pseudo religiosa de la figura humana del Libertador. Desde entonces se instaló entre nosotros lo que Luis Castro Leiva denominó teología bolivariana: una suerte de religión civil en la cual (i) Bolívar funge como divinidad, (ii) los venezolanos como pueblo elegido, y (iii) el aprovechador de turno, que logre apropiarse del símbolo del Libertador, como sumo sacerdote.

La primera y más importante consecuencia práctica de lo anterior es la creación de una moral bolivariana. Bolívar y Venezuela se convierten en realidades intercambiables. De allí que amar a la patria sea amar a Bolívar, y viceversa. Ser patriota es cumplir la voluntad histórica del Libertador. Ser antipatriota significa, por el contrario, no profesar las ideas de Bolívar o asumirlas con sentido crítico. En ello radica la mayor traición a Venezuela, a Bolívar mismo y a todos los venezolanos.

El segundo efecto de la teología bolivariana es la necesidad de interpretar el querer de Bolívar, que debe ser actualizado en todos los tiempos y aspectos de la vida de Venezuela. En este punto aparece el sumo sacerdote, a quien ya hemos mencionado. El intérprete del querer de Bolívar es la persona que se presente a sí misma como legitimada para hacer exegesis de las ideas bolivarianas. Su misión es interpretar cómo se ha de implementar el corpus bolivariano, de acuerdo a las exigencias de los tiempos.

Aquí deben ser mencionados Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI. Lo que Bolívar quiere para la Venezuela de hoy es la instauración del socialismo del siglo XXI. Realizar el bien (bolivariano) en este momento histórico concreto equivale a que los venezolanos seamos sometidos a un totalitarismo marxistas. Quienes se opongan a tal designio del destino -inexorable- son traidores, godos, oligarcas, yankees, etc. En este sentido, Hugo Chávez es el sumo pontífice de la pseudo religión bolivariana. Ello lo convierte en el vicario del Libertador en la tierra De allí que el verbo del muchacho de Sabaneta sea la expresión de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto; y de allí que Chávez y su cohorte sean la "llamarada" de Bolívar.

Pero ningún hombre, por grande y virtuoso que haya sido, puede ser tenido como creador de lo moral, como referencia de lo bueno y de lo malo. Tampoco Bolívar. Los venezolanos debemos honrar al Libertador por lo que éste ha significado en nuestra marcha histórica, mas no convertirlo en la fuente de nuestro orden de pueblo.

La teología bolivariana es una negación de la razón, que abre las puertas a la superstición.

Así lo prueba la profanación de los restos del Libertador ocurrida la semana pasada.






Los venezolanos tenemos la extraordinaria oportunidad de poner las cosas en su sitio, de derrotar la teología bolivariana y de comenzar a construir nuestro orden político sobre los pilares de la verdad histórica y de la auténtica racionalidad humana. La aprovecharemos. Leer más...